El Art en Bitrir es un encuentro entre artistas callejeros. En Petrer (alicante) va a celebrar su 5º encuentro. Objetos artesanales, música en directo, monologuistas, graffitis, entre otros, se reúnen cada año en este gran evento cultural capaz de mover hasta asociaciones animalistas. En el  2012 se celebró el primer encuentro y, gracias a la buena acogida, se sigue celebrando actualmente.

 

“Nosotras ayudamos a los gatos de la calle gracias a ferias. Art en Bitrir es una gran oportunidad para que más gente conozca nuestra labor como asociación”, relata Noemi Aguado, voluntaria en la asociación Gatitos en Apuros de Elda (Alicante). Dicha asociación tiene un puesto en el que solo han podido vender cosas hechas por ellas mismas. “Yo hago monederos con trozos de tela, otra compañera hace jabones… Son limitadas las cosas que podemos vender aquí, pero poco es mejor que nada”

 

Entre los puestos organizados por el Ayuntamiento de Petrer, hay quien vende de forma clandestina para conseguir algo de dinero. “Se me dan bien las manualidades y, si la gente que viene a este evento está interesada en adquirirlo, es todo suyo. Tengo que llevar mucho ojo con la policía, pero me las apaño bien” cuenta Jesús, quien no nos a querido desvelar su apellido. No es el único, pues se pueden ver pequeños grupos de tres personas en sitios escogidos estratégicamente para pasar desapercibidos. 

 

Graffitis que adornan las viejas paredes del casco antiguo hacen que las actuaciones sean más coloridas y cálidas. “El pueblo parece más alegre. Un fin de semana normal, no ves a nadie por la calle y ayer y hoy está abarrotada” declara José Sanz, quien pasea por las calles deleitándose con cada obra de arte que hay en ellas. “Debemos potenciar el arte de calle, es más realista que el comercial. Se aprende más con él”, continúa Sanz.

 

“Este es el tercer año que vengo. La gente es muy simpática y mi arte tiene buena acogida, la verdad es que es una buena forma de que te conozca más gente” Afirma Almudena, autora de postales de Gallina Rara o Cockadooledoo.

 

Pequeños conciertos improvisados hacen vibrar las calles del casco antiguo. Una manera de promover a los pequeños comercios, a las pequeñas organizaciones y a jóvenes artistas que aprovechan estos días para disfrutar e ir haciéndose un nombre en estos tiempos donde es tan difícil destacar del resto.